19 mar 2010

El Sevilla se equivoca de estrategia y no pasa de octavos


El CSKA, con el plan militar que todos suponían pero que nadie se atrevió a desactivar, eliminó al Sevilla de una manera dolorosísima, en su guarida del Pizjuán. Lo peor que puede decirse es que no lo hizo de manera injusta. El silencio que acompañó a los últimos diez minutos lo dijo todo porque se esperaba un Sevilla bravo y valiente, incapaz de perdonar una oportunidad inmejorable para rebasar el umbral de su historia. Pero cayó como en aquella nefasta noche del Fenerbahce. Un palo de efectos devastadores que dejó caras dramáticas. Ojos llorosos de Navas, desolación de Zokora, gesto tenso de Del Nido.

Para el sevillismo, la caída fue incluso más dolorosa por ver a uno de sus héroes, Andrés Palop, arrodillado. Honda, kamikaze japonés que ayer justificó los doce millones de euros que el CSKA pagó por él, sacó a pasear el cañón que tiene en la pierna izquierda. A Palop no le ayudó su barrera ni el balón de la Champions que tan mal le trató ya en la ida con el gol de Mark González. Palop se abalanzó sobre el balón de las estrellas y no lo pudo despejar. Pero el 1-2 que fue demasiado para el Sevilla no señaló a Palop, señaló al Sevilla.

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