El cuento de la derrota polaca fue un calco al del resto de sus partidos. Inicio fulgurante, serias ocasiones en la primera media hora y excesivo bajón físico a partir de entonces. La República Checa, obligada a vencer tras el tanto de Grecia, dio un paso adelante hasta que Jiracek, en la recta final, anotó el tanto del triunfo.
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