El derbi vasco se jugó tres años después y lo resolvieron dos futbolistas. Uno llevaba la camiseta de la Real Sociedad y un escudo en el pecho que siente, el otro vestía la zamarra rojiblanca. El inesperado aliado que encontró Xabi Prieto fue Mikel San José, que se equivocó dos veces y todo se acabó para el Athletic.
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