La última superproducción de Berlusconi en su Milán la lideran Pato, Ibrahimovic, Ronaldinho y Robinho, adquirido a última hora del Manchester City por 18 millones de euros. Un póquer de lujo para iniciar la reconquista de Italia y de Europa, donde hace tiempo que no brilla demasiado.
A la conexión Dinho-Pato, ya vigente la temporada pasada, se unen dos súper fichajes de cine. Zlatan Ibrahimovic, tras no triunfar plenamente en Can Barça, aterriza en Milán para jugar en el gran rival de su antiguo equipo. Además, el sueco se convierte en el único extranjero que ha jugado en los tres grandes clubes italianos: Juventus, Milán e Inter. Allí se presupone que recuperará su instinto del gol, ese que sólo ha sacado a relucir en el Calcio.
Para completar el proyecto al más puro estilo Hollywood, el máximo mandatario milanista, Silvio Berlusconi, se ha hecho con los servicioes de Robinho, defenestrado en Inglaterra. Él pondrá la magia, la quintaesencia, el fútbol de salón. Si todos se completan a la perfección, el Milán puede ser terrible, pero también puede suceder que tantos gallos choquen en el mismo corral. De eso sabe mucho Florentino.
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